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Nuevos Incentivos del Gobierno para Contratar un Seguro de Vida


El sector de Seguros de Vida y Retiro empezó 2019 con altas expectativas. No solo porque somos entusiastas impulsores de esta actividad, sino porque en enero se consiguió que, después de 27 años, el Gobierno actualizara los montos deducibles de la base imponible del impuesto a las ganancias por adquisición de estas coberturas. Por algo más de un cuarto de siglo se había mantenido congelada esa cifra que, con el tiempo, perdió toda efectividad. Si bien el deducible autorizado fue menor a la cifra esperada, entendemos que es el comienzo de un proceso en el que se reconoce la importancia que estas coberturas tienen en el bienestar y seguridad de cualquier comunidad.


¿Cuáles fueron los cambios?


La novedad no solo fue pasar de $996 a $12.000 de deducción anual, sino que se estableció el valor de $18.000 y $24.000 para los dos años subsiguientes. Y a partir de 2022 habrá un mecanismo de actualización por UVT (Unidad de Valor Tributario) que permitirá evitar una nueva distorsión del valor, ya que se modificará según la variación del índice de precios al consumidor para ingresos medios. Este dato no es menor.


En momentos como el actual, en que se están cerrando las liquidaciones de Ganancias, se trata de un dato que contadores y contribuyentes deben tener presente, no solo para la presentación de 2018, sino para prever este beneficio a futuro, ya que comenzará a ser tomado en la declaración de 2019. Lo cierto es que cada contribuyente puede deducir de su base imponible el citado monto por cada uno de los seguros de vida o de retiro que tenga, hasta un tope de $36.000; es decir, tres pólizas.


La importancia de generar cultura aseguradora


Si bien la deducción es un estímulo a la compra de seguros -así ocurre en todos los países en los que esta industria tiene un desarrollo importante-, se trata de una condición necesaria para impulsar el crecimiento del sector, pero no la única. Antes de cualquier otra consideración, subyace la comprensión de la necesidad de tener un plan B en la vida, de entender que tener un seguro de vida con sus múltiples variedades permite contar desde la primera cuota con una suma que puede resultar vital para el grupo familiar, derechohabientes o destinatarios. Y el seguro de retiro nos programa para generar un modo de ahorro sistemático, sencillo, accesible y rendidor, que en el mediano plazo nos permitirá acceder a esos objetivos soñados o podrá ser un eficiente complemento jubilatorio. Estamos hablando de generar cultura aseguradora, conductas preventivas, anticipaciones a las circunstancias probables. En un contexto en donde muchas situaciones se resuelven en el día a día, cuesta pensar en el mediano plazo. Pero resulta imprescindible hacerlo. Cuanto antes, mejor. Porque contamos con protección y comenzamos a construir un ahorro y porque, cuanto más joven se contrate una pólizas, resulta más accesible.


Beneficios para todo el sistema


Los beneficios de este sistema no son solo para la persona. Las compañías son inversores institucionales natos, en particular las de vida y retiro, que toman compromisos a largo plazo. Para eso necesitan productos en los cuales invertir, que calcen en tiempo y den rendimientos para los compromisos asumidos. Están esencialmente llamados a realizar colocaciones que promuevan el movimiento económico. Inversiones en economía productiva, infraestructura y desarrollos tecnológicos encuentran un carril natural en las aseguradoras. Forma parte del ADN asegurador invertir fondos en lo que impulsa el desarrollo de la sociedad.

Los resultados del estímulo fiscal no serán inmediatos, pero sin duda impactarán favorablemente a medida que crezca la conciencia aseguradora. En ese sentido, el rol del sector y el del Estado serán fundamentales.


Sabemos que no podemos predecir el futuro, pero sí que contamos con instrumentos para asegurarlo.

Fuente: La Nación.


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